miércoles, 13 de junio de 2012


“Suficientemente bueno” no es suficiente




La pregunta crítica que se hacen las compañías visionarias no es “¿Lo  estamos haciendo bien? O “¿Cómo podemos hacerlo bien?” ni “¿Qué rendimiento tenemos que alcanzar para hacer frente a la competencia?”  Para estas compañías la pregunta crítica es: “¿Cómo podemos hacerlo mañana mejor que hoy?” Ellas institucionalizan esta pregunta como una forma de vida, un hábito mental y de acción.

Para llegar a ser una compañía visionaria y seguir siéndolo se requiere una enorme cantidad de pura y simple disciplina, mucho  trabajo  y una innata  repulsión  a toda  tendencia  a conformarse con lo que se ha alcanzado.

La disciplina  es la cosa más grande del mundo.
Sin disciplina no hay carácter,  y sin carácter no hay progreso…
La adversidad  nos brinda  oportunidades de crecer.
Y,  por lo general,  obtenemos  las cosas por las cuales trabajamos.
Si  tenemos  problemas y los superamos, crecemos más en carácter y en las cualidades que traen el éxito.

El confort  no es el objetivo de las compañías visionarias. Éstas,  en  efecto,  instalan  poderosos  mecanismos   para crear descontento—para  acabar con la satisfacción  de sí mismo—y  estimular así el cambio y la mejora antes de que lo exija el mundo exterior.

Fuente: "Empresas que perduran", Jim Collins.-

viernes, 8 de junio de 2012


LECCIONES PARA PRESIDENTES, GERENTES Y

EMPRESARIOS



1. “¡Ensayarlo –y pronto!”
Cuando haya duda, variar, cambiar, resolver el problema, aprovechar la oportunidad, experimentar, ensayar algo nuevo (compatible, desde luego, con la ideología central), aunque no se pueda predecir exactamente cómo van a resultar las cosas. Hacer algo. Si una cosa falla, probar otra. Corregir. Ensayar. Hacer. Ajustar. Moverse. Actuar. Pase lo que pase, no  quedarse  quietos.  La  acción  vigorosa, especialmente en respuesta a oportunidades inesperadas o problemas específicos del cliente, crea variación.

2. “Aceptar que se van a cometer errores”.
“El secreto, si  es  que  lo  hay, es  desechar  los  fracasos  apenas  se reconocen, pero hasta los fracasos tienen un valor…  Uno puede aprender de los éxitos, pero cuesta trabajo.

3. “Dar pasos  pequeños”.
Desde luego, es más fácil tolerar el fracaso de un experimento si no es más que eso: un  experimento,  no un  gran  fracaso  corporativo. Tenga presente que pequeños pasos incrementales pueden ser la base de grandes virajes estratégicos.

4. “Darle a la gente el espacio que necesita”.
Cuando se les da a los empleados suficientes espacio para actuar, nunca se sabe qué van a hacer…  y eso es bueno.

5. ¡Mecanismos—construir relojes que anden!
Encontramos   que   muchos   gerentes   subestiman    la importancia   de   esta   quinta   lección,   y   no   traducen sus  intenciones   en  mecanismos   tangibles. Piensan equivocadamente  que  les  basta  con  fijar  el  “tono  de liderazgo”  apropiado  para  que  la  gente  experimente  y ensaye cosas nuevas.  No es así.  Se necesita algo más. Se necesita instaurar mecanismos que sigan estimulando y reforzando la conducta evolutiva. ¡Relojes que anden!


Fuente: "Empresas que perduran", Jim Collins.-

jueves, 7 de junio de 2012


Ensayar muchas cosas y quedarse con lo que funciona





La  palabra  “evolutivo”   describe   este  tipo   de  progreso porque recuerdan la manera como las especies orgánicas evolucionan y se adaptan a su ambiente natural.  El progreso evolutivo se diferencia del progreso de metas grandes y audaces en dos formas principales.

En primer lugar, mientras  el progreso de las MEGAS Campañas tiene metas claras e inequívocas (“Vamos a escalar esa montaña”), el progreso evolutivo  implica ambigüedad (“Ensayando un montón de cosas distintas tenemos la  probabilidad de encontrar algo que funcione; sólo que no sabemos de antemano  qué  será). En segundo lugar, mientras que el progreso de metas grandes y audaces implica saltos atrevidos y discontinuos, el progreso evolutivo empieza generalmente con pequeños cambios incrementales o mutaciones, a menos aprovechando rápidamente oportunidades inesperadas que luego crecen y se vuelven cambios estratégicos mayores que no se buscaban.


Fuente: "Empresas que perduran", Jim Collins.-

miércoles, 6 de junio de 2012


Doce Mitos Desbaratados




Todo líder individual, por carismático o visionario   que sea, al fin se muere; todos los productos y servicios –todas las grandes  ideas”—al   fin  se vuelven obsoletas. 

En efecto, mercados enteros pueden volverse obsoletos y desaparecer

En cambio,  las  compañías visionarias prosperan durante largos periodos de tiempo.


Mito 1:
Se necesita una gran idea para empezar una gran compañía.

Realidad: Empezar una compañía con una gran idea” podría ser una mala idea.  Pocas compañías visionarias empezaron con grandes ideas.


Mito 2:
Las compañías visionarias  necesitan  grandes líderes visionarios y carismáticos.

Realidad:  Un líder carismático visionario no se necesita en absoluto para una compañía visionaria.   Por el contrario, puede ser perjudicial para sus perspectivas a largo plazo.


Mito 3:
Las compañías de mayor éxito existen principalmente y ante todo para maximizar utilidades.

Realidad:   Al contrario  de  lo  que  sostiene  la  doctrina  de las facultades de administración  de negocios, maximizar la riqueza de los accionistas o maximizar utilidades no ha sido la fuerza impulsadora dominante ni el objetivo primario en la historia de las compañías visionarias. Estas persiguen un grupo de objetivos, de los cuales  hacer dinero es solo uno, y no necesariamente el principal.


Mito 4:
Las compañías visionarias comparten un subconjunto común de valores básicos “correctos”.

Realidad:  No hay  ningún   conjunto “correcto”  de valores básicos para ser una compañía visionaria.  Dos compañías pueden tener ideología radicalmente distinta y, sin embargo, ser ambas visionarias.


Mito 5:
Lo único constante es el cambio.

Realidad: Una compañía  visionaria preserva casi religiosamente su ideología básica, y es muy raro que la cambie.  Los valores básicos de la compañía constituyen un fundamento sólido como una roca, y no fluctúan al azar junto con las tendencias y las modas del día.


Mito 6:
Las mejores compañías son muy prudentes.

Realidad: Las compañías visionarias pueden parecerles cautelosas y conservadoras a los de fuera, pero no temen comprometerse con grandes metas.  Tal como escalar una gran montaña o viajar a la Luna, estas metas pueden ser amedantradoras, y tal vez arriesgadas, pero la aventura, le emoción y el reto que entrañan estimulan a la gente, la ponen en movimiento y crean  un inmenso impulso de avance.


Mito 7:
Las compañías visionarias son un magnifico lugar para trabajar, para todo el mundo.

Realidad: Solo  quienes  “concuerdan”   sumamente  bien con la ideología básica y con las exigentes normas de una compañía visionaria encontraran que ella es un gran lugar para trabajar.


Mito 8:
Las  compañías  de gran éxito logran sus mayores aciertos  en virtud de una planificación  estratégica brillante y compleja.

Realidad:    Las   compañías   visionarias   logran   algunos de sus mejores aciertos mediante experimentación, ensayos  y  errores,   oportunismo   y  puro   accidente.   Lo que retrospectivamente parece brillante previsión y pre planificación fue a menudo resultado de “ensayar un montón de cosas y conservar lo que funciona”.


Mito 9:
Las compañías deben contratar por fuera presidentes fin de estimular el cambio fundamental.

Realidad:   En  1700 años  combinados   de  duración  de compañías visionarias solo encontramos cuatro casos individuales de buscar un presidente por fuera y  eso en solo dos compañías. La gerencia formada en casa es la regla en las compañías visionarias. Una y otra vez han vuelto trizas la  idea  convencional  de  que  cambio  significativo  e ideas frescas no pueden venir de los que están dentro.


Mito 10:
Las   compañías de  mayor éxito  se  concentran principalmente en superar a la competencia.

Realidad: Las   compañías   visionarias   se   concentran principalmente en superarse a si mismas. El éxito y el superar a  la  competencia   vienen no  tanto como la meta final sino como  resultado  residual  de plantearse constantemente  la pregunta: “¿Como podemos mejorarnos a nosotros mismos para hacer mejor mañana lo que hicimos hoy?”.


Mito 11:
No se puede oír misa y andar en la procesión.

Realidad:  Las compañías visionarias no se mortifican con la “tiranía de la disyuntiva”, o sea la idea puramente racional de que uno puede tener, o bien A, o bien B, pero no ambas cosas a la vez. Rechazan tener que elegir entre estabilidad o progreso; entre culturas como cultos o autonomía individual; entre gerentes formados en casa o cambio fundamental; entre  prácticas  conservadoras o grandes metas  audaces; entre hacer dinero o vivir de acuerdo con valores y propósito.


Mito 12:
Las  compañías  se  vuelven  visionarias  principalmente por hacer una “declaración de visión”.

Realidad: Las compañías visionarias han llegado a la posición en que están no tanto porque hicieran declaraciones de visión (aun cuando si las hicieron).   Tampoco han llegado a ser grandes por haber redactado algunas de las declaraciones de visión, valores, propósito misión o aspiración que se han hecho populares en administración.



EL MITO DEL GRAN LÍDER CARISMÁTICO

No es necesario en absoluto un estilo carismático de alto relieve para formar  una compañía visionaria. En realidad, encontramos que algunos de los ejecutivos más importantes en la historia  de las compañías visionarias no tenían las características de personalidad del arquetipo de líder carismático, visionario y de gran relieve.


Si usted esta tomando parte en la creación y administración de una compañía, le pedimos que piense menos en función de ser un brillante visionario de productos, o en buscar las características de personalidad del líder carismático, y piense más en función de un visionario organizacional y en construir las características de una compañía visionaria.



Fuente: "Empresas que perduran", Jim Collins.-